jueves, 17 de noviembre de 2011

la comisión invita...



Si comenzamos por el inicio valdría la pena preguntar ¿La enseñanza de la arquitectura a nivel internacional está en crisis? Muchos esgrimen que se mantiene hoy en día la misma estructura básica de las escuelas de hace cincuenta años. Se imparte la misma enseñanza que recibieron nuestros profesores y que a su vez estos recibieron de sus profesores.

La propuesta académica de una Facultad o Escuela de Arquitectura se pone de manifiesto en el interés o la indiferencia sobre ciertas materias y en el tipo de profesional que egresa de sus aulas. Unas favorecen los conocimientos técnicos, otras ofrecen mayor énfasis en el diseño. En algunas se fortalecen las áreas de investigación histórica y teórica, lo que las diferencia bastante del promedio.

¿Cuál es la función esencial de las Facultades y Escuelas de Arquitectura hoy en día?

Pero la formación no termina con la obtención del título, si bien es una etapa importante, ni siquiera es la más extensa en términos de duración. Una vez salidos de las aulas universitarias los arquitectos comienzan la etapa de adiestramiento, la cual va a inclinarse a un lado u otro, según el lugar donde se realice, lo que se haga en la oficina o empresa y quiénes sean los tutores asignados.

¿Cuál es la mejor forma para nuestra realidad de ofrecer el conocimiento?, ¿Cuál debe ser el grado de participación del arquitecto en su propia formación? ¿Se debe favorece el trabajo individual del arquitecto o los tutores deben asumir  un carácter controlador? ¿En una realidad de poca ejecución de obras, es posible alcanzar un alto desarrollo profesional? ¿Es para muchos, el adiestramiento,  una etapa perdida?

Posteriormente a esta etapa continúa la formación de manera más independiente con los cursos de posgrados, el intercambio profesional a través de los encuentros, congresos y actividades que deben ser promovidos y divulgados en gran parte por la Sociedad de Arquitectos de la UNAICC. Este periodo se dilata hasta alcanzar la madurez profesional y para algunos no finaliza. Dentro de esta etapa se incluye la docencia activa (se cierra el ciclo) otra manera de continuar la formación, siempre en progreso.

¿Existen espacios de crítica que monitoreen esta fase? ¿Contamos con publicaciones donde el diálogo y el debate aporten a la formación profesional?
¿Sino construimos, puede haber superación en la formación de nuestros profesionales?
¿Cómo podemos colaborar con los claustros de nuestras Facultades y Escuelas de Arquitectura?

Abordar este tema tan complejo, que involucra a tantas etapas e instituciones comprometidas con la arquitectura y las ciudades de nuestro país, es substancial. Es, además, casi una responsabilidad moral y una obligación sobre la que debemos volver una y otra vez. Esperamos sus comentarios.

¿Qué tipo de arquitectos formamos? ¿Qué tendencias contemporáneas se manejan en la formación de los arquitectos?
¿Qué arquitectos deberíamos formar? ¿Cuáles son los futuros escenarios para los que debemos preparar a nuestros futuros arquitectos?

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